diumenge, 16 de març del 2014

En memòria de la Sra. Ángeles Sáez

El passat divendres 7 de març, la Sra. Ángeles Sáez ens va deixar, i els seus fills han volgut compartir amb tots nosaltres un escrit, que tot l'equip agraim moltíssim:

Hace ya unos días que nos dejó la Ángeles y con los ánimos algo más recompuestos es el momento de despedirse de la familia Mullerat. Durante los últimos dos años y medio hemos formado parte de ella y, en las circunstancias de los que somos acogidos en su seno, eso da para mucho. Ha habido ratos mejores y ratos peores, pero lo que sí hemos tenido siempre muy presente es que fuera de Mullerat todo habría sido mucho más difícil. Corren malos tiempos, y para las personas más frágiles y sus allegados todavía más.

Con la perspectiva del tiempo pasado, se nos hace evidente que no podíamos haber encontrado un sitio mejor para compartir los últimos meses de nuestra madre. Más allá de que para ella y para nosotros el marco nos evoca imágenes que nos han sido familiares a lo largo de buena parte de nuestras vidas, en su interior hemos encontrado algo que nos era completamente desconocido pero que nos felicitamos de haber podido llegar a descubrir. Se trata de su gente; tanto los residentes y sus familias, que en mayor o menor medida estamos de paso; como el equipo que allí trabaja, grandes profesionales y mejores personas, que son la verdadera alma de Mullerat.

A lo largo de los últimos días, en la medida que hemos ido coincidiendo, hemos expresado personalmente nuestra gratitud y nuestro afecto a todos los miembros del equipo que nos ha sido posible. Se trata sobre todo de aquellos con los que, por una razón u otra, hemos compartido más tiempo en nuestras visitas diarias a Mullerat. No obstante, somos conscientes de que hay muchas otras personas que también están ahí, y cuya aportación para la calidad de vida del día a día de los residentes es fundamental. A falta de otro medio mejor, queremos aprovechar esta carta para transmitirles igualmente nuestro reconocimiento. Aunque con toda seguridad ya lo saben, no está de más decirles que forman parte esencial de algo que vale mucho la pena. De la misma forma, tampoco nos olvidamos de quienes estuvieron en el equipo pero, en un momento dado, siguieron su camino profesional fuera de Mullerat.

También queremos tener nuestro recuerdo para los residentes y sus familiares. Hasta que no se experimenta, resulta realmente difícil de imaginar el sentimiento de complicidad que se comparte en algunos momentos dentro de aquellos muros. En un mundo en el que cada vez más prima lo propio y resulta irrelevante lo ajeno, esa sensación de proximidad entre aquellos que apenas se conocen y han compartido tan sólo unas fugaces horas o minutos es algo verdaderamente auténtico.

Por último, no queremos acabar estas palabras sin una mención especial a las últimas horas que compartimos con nuestra madre. Dentro de los muchos condicionantes que una situación así impone, Mullerat nos ha ofrecido la mejor despedida a la que podíamos aspirar. Ella se apagó de la forma más plácida que era posible proporcionarle y nosotros pudimos vivir esos momentos únicos con una sosegada intimidad.

Muchas gracias por todo y hasta siempre.

Ángeles & Vicente

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